Creer en nuestro propósito significa soltar al espíritu Santo y confiar en que nos guiará en nuestro proceso de sanación para ser el propósito de Dios en carne y hueso cumplidos. Son necesarios las pruebas y o tribulaciones, pero estas son solo el complemento de la total transformación espiritual en Cristo Jesús.
Si la vida no nos pusiera estos obstáculos no podríamos dirigirnos hacia nuestro propósito y eso podría ser letal.
Tal vez la depresión abarca mucho esto: el propósito.
Hay que seguir adelante , pedir guianza del espíritu Santo y derramar nuestra confianza en la fe de que el Señor guía nuestro propósito a través de la transformación de las dificultades en los peldaños para alcanzar los máximos objetivos que dan plenitud a nuestras vidas.
Si esto malo no me hubiera pasado, ¿Que sería de mi? Probablemente no sabría lo que he aprendido ni tendría tantas ganas de que mi transformación se diera para ayudar a los demás y ser un ejemplo vivido, un testigo en carne y hueso de una propia transformación de vida.
Date la oportunidad de que el espíritu Santo transforme la tuya
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