El fracaso se rompe entregando todo a Dios
No por nuestras fuerzas sino por el espíritu Santo que es quien nos guiará.
Invitemos al señor a qué se meta en nuestra barca del fracaso y así como hizo pescar gran cantidad de peces. A Simón Pedro, reconozcamos que el al venir nos dejó el consolador que es el que dirije la iglesia es decir el que debe mirar en nuestro templo del cuerpo.
También pienso que hay que cuidar nuestra salud.
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